En 1970 la firma soviética de grabaciones “Melodiya” sacó al mercado un acetato denominado "Лютневая музыка XVI-XVII веков" (Música para laúd de los siglos XVI-XVII) en ejecución del guitarrista y compositor soviético Vladimir Vavilov (1925-1973).
El disco tuvo un éxito asombroso, fue reeditado y vendido como pan caliente. En 1995 fue digitalizado y vendido en formato de CD.
De todos los temas, dos causaron gran sensación en el público soviético e internacional: la pista No. 1 Francesco da Milano (1497-1543)- Suite para laúd: Canzona y baile; y la pista No. 4 N. Nigrino – Ricercare.
Pero la cuestión se complicó, en noviembre de 1972 el poeta Anri Volojonski compuso un poema sobre la melodía de la Canzona de Francesco da Milano, del disco de Vavilov, basado en temas bíblicos del libro de Ezequiel. La canción tuvo un éxito arrollador, grabada por el grupo “Akvarium” en la voz del cantante Boris Grebenshchikov .
El 31 de diciembre de 1999 la emisora rusa “Nashe Radio”, catalogó la canción “Ciudad Dorada” como la tercera mejor canción del rock ruso del siglo XX.
En los años 2003-2004 el conocido publicista y hombre del arte israelí Zeev Geyzel realizó una investigación casi detectivesca, que arrojó como resultado la conclusión de que en el disco nombrado sólo la canción “Campos Verdes” (pista No. 7), pertenece a la época del Renacimiento, las otras obras, incluyendo la tan afamada “Canzona” de Francesco da Milano, fueron escritas por el mismo Vavilov. Las “autorías” fueron escogidas por el guitarrista de manera aleatoria, sin ninguna intención de relacionar el arte de compositores reales, creyendo que (como en realidad sucedió), que pocos lo notarían.
Se desconocen los motivos que llevaron a Vavilov, un músico serio y genial, a realizar esta “mistificación” como se denomina en los círculos rusos este tipo de actos. Como muchos artistas soviéticos, Vavilov tuvo una vida profesional a la vez brillante y trágica, es mi opinión personal que de esta elegante manera burló todos los “filtros” del arte estatal y logró lo que todo compositor busca: componer una frase que sea recordada por el público, a través de las épocas. ¡Vaya si lo logró!